La teoría política a menudo ha olvidado el cuerpo. Este libro trata de recuperarlo como base imprescindible para repensar algunos de los problemas de nuestras democracias que, tal y como se plantean y practican hoy, resultan insatisfactorias. Los cuerpos no son un destino dado de una vez por todas, inevitable e incontrolable, sino territorios en proceso, cambiantes, tal y como trabajan con él las artes vivas, especialmente las que se plantean como laboratorios de investigación que tratan de desmontar la autoinmunización de la corporalidad moderno-colonial, de sentir las maneras en las que mi cuerpo no es solo mío, sino siempre uno compartido.
La dimensión política del cuerpo no se limita aquí a pensarlo desde su sujeción a pasiones, sino desde su capacidad para canalizar, reprimir, intensificar, neutralizar o movilizar afectos políticos. Y esta facultad la adquiere junto con muchos otros cuerpos, confundiéndose a menudo con ellos, con cuerpos vivos y presentes, con cuerpos lejanos, incluso con cuerpos ausentes en forma de energías residuales que siguen viviendo y viajando en forma de imagen, recuerdo, gesto, palabra, sensación, o emoción, instalándose en nuestros imaginarios y en nuestras carnes. Por ello es necesario atender a las maneras en las que las imágenes son uno de los medios más poderosos para la fabricación de corporalidades. Los cuerpos se conforman de manera icónica, visual e imaginativa por medio de imaginarios, imaginaciones e imágenes que nos permiten relacionarnos, entendernos y afectarnos.
La investigación se articula en torno a una lectura figural de cuerpos de pie y tumbados en prácticas artísticas, pero también en manifestaciones y protestas sociales. Estas posturas erecta y yacente, sostenidas en el tiempo, son capaces de convocar y evocar imágenes, asociaciones y recuerdos cargados de afectos y de descargarlos en el momento de mirar. La persistencia en estas dos posturas les da a estos cuerpos la capacidad de apelar, conmover, mover y movilizar a los sujetos alrededor, inclinándolos hacia ellos.
Victoria Pérez Royo
Investigo artes vivas. De cerca. Muy de cerca. Esto quiere decir que voy al teatro siempre expectante, pongo mi cuerpo en prácticas diversas, propicio encuentros con artistas, converso mucho con elles, habito procesos de creación, acompaño investigaciones desde las artes, con todas sus dudas, fantasías y experimentos. Y lo disfruto mucho. De ahí han surgido profesiones, actividades, encuentros, publicaciones: soy profesora de Estética y Teoría de las artes (Unizar) e investigadora de ARTEA. He sido co-directora del Máster en Práctica Escénica y Cultura Visual (UCLM, Museo Reina Sofía, 2010-2019) y profesora invitada a programas universitarios de arte en Alemania, Bélgica, Holanda y Finlandia, Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Uruguay, entre otros países. En los últimos años he comisariado actividades como: Seminario Fuera de sí (Museo Reina Sofía 2019), Documentar el olvido, (Filmoteca de Zaragoza 2018), Investigación desde las artes y aventura (Centro Huarte 2018), festival Ser Público (La Casa Encendida 2016), Cuerpos, desórdenes y democracias (Matadero Madrid 2016), entre otros muchos. He editado los libros Danza contemporánea, espacio público y arquitectura (2008), Práctica e Investigación (2010, con José A. Sánchez), 10 textos en cadena y unas páginas en blanco (2012, con Cuqui Jerez), Componer el plural. Cuerpo, escena, política (2016, con Diego Agulló), Dirty Room (2017, con Juan Domínguez) y Time has fallen asleep in the afternoon sunshine (2019, con Mette Edvardsen).
Ediciones DocumentA/Escénicas
168 Páginas
ISBN: 978-987-4445-27-8
Formato: 15x21 cm
La teoría política a menudo ha olvidado el cuerpo. Este libro trata de recuperarlo como base imprescindible para repensar algunos de los problemas de nuestras democracias que, tal y como se plantean y practican hoy, resultan insatisfactorias. Los cuerpos no son un destino dado de una vez por todas, inevitable e incontrolable, sino territorios en proceso, cambiantes, tal y como trabajan con él las artes vivas, especialmente las que se plantean como laboratorios de investigación que tratan de desmontar la autoinmunización de la corporalidad moderno-colonial, de sentir las maneras en las que mi cuerpo no es solo mío, sino siempre uno compartido.
La dimensión política del cuerpo no se limita aquí a pensarlo desde su sujeción a pasiones, sino desde su capacidad para canalizar, reprimir, intensificar, neutralizar o movilizar afectos políticos. Y esta facultad la adquiere junto con muchos otros cuerpos, confundiéndose a menudo con ellos, con cuerpos vivos y presentes, con cuerpos lejanos, incluso con cuerpos ausentes en forma de energías residuales que siguen viviendo y viajando en forma de imagen, recuerdo, gesto, palabra, sensación, o emoción, instalándose en nuestros imaginarios y en nuestras carnes. Por ello es necesario atender a las maneras en las que las imágenes son uno de los medios más poderosos para la fabricación de corporalidades. Los cuerpos se conforman de manera icónica, visual e imaginativa por medio de imaginarios, imaginaciones e imágenes que nos permiten relacionarnos, entendernos y afectarnos.
La investigación se articula en torno a una lectura figural de cuerpos de pie y tumbados en prácticas artísticas, pero también en manifestaciones y protestas sociales. Estas posturas erecta y yacente, sostenidas en el tiempo, son capaces de convocar y evocar imágenes, asociaciones y recuerdos cargados de afectos y de descargarlos en el momento de mirar. La persistencia en estas dos posturas les da a estos cuerpos la capacidad de apelar, conmover, mover y movilizar a los sujetos alrededor, inclinándolos hacia ellos.
Victoria Pérez Royo
Investigo artes vivas. De cerca. Muy de cerca. Esto quiere decir que voy al teatro siempre expectante, pongo mi cuerpo en prácticas diversas, propicio encuentros con artistas, converso mucho con elles, habito procesos de creación, acompaño investigaciones desde las artes, con todas sus dudas, fantasías y experimentos. Y lo disfruto mucho. De ahí han surgido profesiones, actividades, encuentros, publicaciones: soy profesora de Estética y Teoría de las artes (Unizar) e investigadora de ARTEA. He sido co-directora del Máster en Práctica Escénica y Cultura Visual (UCLM, Museo Reina Sofía, 2010-2019) y profesora invitada a programas universitarios de arte en Alemania, Bélgica, Holanda y Finlandia, Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Uruguay, entre otros países. En los últimos años he comisariado actividades como: Seminario Fuera de sí (Museo Reina Sofía 2019), Documentar el olvido, (Filmoteca de Zaragoza 2018), Investigación desde las artes y aventura (Centro Huarte 2018), festival Ser Público (La Casa Encendida 2016), Cuerpos, desórdenes y democracias (Matadero Madrid 2016), entre otros muchos. He editado los libros Danza contemporánea, espacio público y arquitectura (2008), Práctica e Investigación (2010, con José A. Sánchez), 10 textos en cadena y unas páginas en blanco (2012, con Cuqui Jerez), Componer el plural. Cuerpo, escena, política (2016, con Diego Agulló), Dirty Room (2017, con Juan Domínguez) y Time has fallen asleep in the afternoon sunshine (2019, con Mette Edvardsen).
Ediciones DocumentA/Escénicas
168 Páginas
ISBN: 978-987-4445-27-8
Formato: 15x21 cm